08 Jul

Este año nos toca comenzar el Tiempo Ignaciano en cuarentena, del mismo modo que Ignacio de Loyola debió guardar un tiempo de convalecencia después de ser herido en la batalla de Pamplona. Tanto para Ignacio en su convalecencia como para nosotros en nuestro encierro, es un tiempo no voluntario,  que cambia nuestros planes y nos obliga a acatar restricciones no deseadas. Es una situación que nos viene de afuera, que nos pasa, pero que también nos toca internamente y nos traspasa la vida.

En el caso de Ignacio, en ese tiempo en que estuvo convaleciente y separado de sus actividades diarias, él de a poco se abrió a mirar la vida desde otra perspectiva y comenzó así un proceso de conocimiento personal y crecimiento espiritual (conversión), que lo acercó a una intimidad creciente con Dios, lo que finalmente cambió su vida para adelante.

En este tiempo ignaciano queremos invitar a toda la comunidad a disponernos a conocer un poco más acerca de la vida de San Ignacio de Loyola y profundizar en los llamados de su espiritualidad para cada uno en nuestra realidad hoy.

Para esto hemos preparado un material que se difundirá semanalmente durante el mes de julio, y que esperamos sea un aporte a la reflexión y crecimiento espiritual de toda la comunidad.

A continuación algunas imágenes de las principales etapas en la vida de Ignacio: