21 Nov
«Decimos que el objetivo de la educación ignaciana es formar personas conscientes, competentes, compasivas y comprometidas. Cuatro cualidades que se complementan y que juntas constituyen lo que entendemos por una educación de calidad.» (Luis Ugalde S.J., 2012)
Pero ¿Qué entendemos por cada una de estas características, en medio de lo que ha estado viviendo el país?
Personas conscientes, de la realidad y de las desigualdades manifestadas, suscitando reflexión sobre el acontecer nacional, las acciones y palabras de las personas.
Personas compasivas, pues esta conciencia de la realidad es un llamado a servir a las necesidades visualizadas; mirar a los otros como Cristo lo hace, más allá de las diferencias.
Personas competentes, pues nuestras acciones deben ser concretas, viables y sustentadas en la reflexión y el saber, desplegando nuestros talentos y conocimientos al servicio de los demás.
Y personas comprometidas, pues nuestra presencia es de largo plazo, hasta lograr cosechar cambios duraderos y que permitan la dignidad de todas personas y el desarrollo como país; permanecer más allá de las dificultades, ser constantes, pacientes, así como movilizadores y esperanzadores.
Por ello queremos compartir con ustedes Orientaciones Ignacianas para mirar la crisis, compartidas por la REI para ser publicadas en todas sus colegios y que pueden ser de gran valor para conversar en familia:
https://noticias.nsdc.cl/orientaciones-ignacianas-para-mirar-la-crisis/
En la misma línea les puede interesar asistir al Taller de Contención Emocional que impartirá el Centro de Espiritualidad Ignaciana (CEI) a cargo del Psicólogo Gustavo Pallamares.